Con el buen tiempo, en primavera, nos animamos a dejar las botas en el armario y empezar a usar zapatos menos cerrados e incluso, los más atrevidos, sandalias. Así que es el momento de empezar a darle importancia de verdad al cuidado de los pies; es una parte del cuerpo que sufre los esfuerzos diarios y no les solemos dar los cuidados necesarios. Para lucir unos pies bonitos exfoliar, masajear e hidratar, son las tres bases para evitar la aparición de callos, grietas y durezas. Seguro que su aspecto mejora siguiendo nuestros consejos.
Date un baño reconfortante. Tras el desgaste del día o de caminar y hacer ejercicio puedes notar especial cansancio y sensación de quemazón en los pies. Por la noche, acostúmbrate a ponerlos a remojo en agua tibia con sales relajantes durante unos minutos. También es muy eficaz meter los pies en parafina caliente, envolverlos en plástico y después en una toalla caliente durante 15 minutos para mantener el calor. Después del baño, sécalos muy bien para evitar la aparición de hongos y elimina las asperezas frotando los tobillos y la planta del pie con una piedra pómez.
La hidratación diaria es clave. Si añades a tu crema de cuerpo unas gotas de aceite esencial de menta conseguirás una sensación de frescor extra. Existen productos especiales para pies secos y con durezas que ejercen una doble acción hidratante y suavizante. Aplica la crema con movimientos circulares dando un ligero masaje para estimular la circulación de la zona.
Los callos, grietas y juanetes son los problemas más frecuentes que suelen sufrir los pies. Aparecen muchas veces por el roce o presión de un mal calzado. Elige siempre zapatos anatómicos que se adapten bien al pie, cómodos, ligeros y flexibles. La suela debe ser fina, de arco rígido, punta redondeada y el tacón no debe superar los 4 cm. Usa calcetines de hilo o de lana y evita las fibras sintéticas que dificultan la circulación y transpiración del pie. Una forma de evitar la sudoración y el mal olor de pies es evitar estos tejidos, mantener limpio el interior de los zapatos y usar antitranspirantes.
Realiza pequeños ejercicios. Anda descalza por la arena de la playa o, en su defecto, por la hierba. También es muy positivo saltar a la comba, hacer rotaciones de tobillo o andar de puntillas.
Con unos pocos cuidados, podrás lucir tus pies perfectos!
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